En un camino de tristeza y melancolía,
me encontré con una vieja amiga,
la muerte, quien casi me lleva un día.
Pude sentir que algo no andaba bien
y con miedo en mi voz, le pregunté:
¿Qué ocurre mi pálida amiga?
Te noto algo triste e intranquila.
“Todos me culpan por muertes y accidentes
pero es la humanidad quien acaba con su gente,
matan y torturan a los que no son iguales,
los golpean, los acosan y los llaman anormales.
Los padres los rechazan y los corren,
por no cumplir lo que la religión impone,
los mandan a terapias para que los torturen,
causando suicidios o que drogas tomen.
Muchos lo ven como una broma,
mas no saben el dolor que ocasiona.
Algunos resisten y brillan más fuerte,
mientras que otros no tienen tanta suerte.
Si su ser no coincide con su cuerpo,
en el mundo laboral no encuentran puesto,
la gente, egoísta, se burla de su sentir,
pero ¿Por qué alguien más te va a definir?
Quiero que tengan una vida tranquila
y no tengan que morir a sangre fría,
sólo por expresar lo que en su ser había”.
¿Será que la sociedad cambie algún día?
Por: Alberto R. Córdova
Lugar: Tamaulipas
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