El otro día caminando vi
a la muerte detrás de mi.
Me miro y la mire
y entonces le pregunte ¿Qué haces aquí?
He escuchado que te dicen loco
por amar diferente y no ser un mentiroso.
Tienes razón le replique
y a sus pies me derrumbe.
¿Qué debo de hacer? – sollocé.
Escucha muy bien mis palabras – respondió.
Aléjate de las terapias de conversión
toma esta dinerita
yo te pago la de aceptación.
Para amarte necesitas una razón
y no la encontraras dentro de tu calzón.
Es amor propio dijo mi corazón,
mientras la huesuda me bajaba el pantalón.
Rompe el silencio ahora
que a la flaca no le gusta la demora,
pues para tu salud mental no hay mejor cura
que un caldo de verdura.
Por: Asael Hernández
Lugar: Oaxaca
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